Kokoroko — self titled (2019)
El soul shakin’ ha vuelto.
Artículo publicado en Binaural el 17/9/2019.
Podría parecer que, por su sonido, hemos sacado este álbum de la caja de LPs de segunda mano más polvorienta de tu tienda de discos de confianza, pero no. La primera referencia en solitario de los ingleses Kokoroko, bautizada igual que la banda, es un EP de 4 cortes publicado en 2019 por Brownswood Recordings y su fresco contenido es reminiscente del groove de los 70, la época dorada de la música africana en cuanto a alcance e influencia global. En África se venía haciendo música increíble desde quién sabe cuándo, pero fue a finales de los 60 y principios de los 70 cuando nombres propios como Fela Kuti, Tony Allen, Ebo Taylor y Orlando Julius supieron convertirla en producto sin perder su esencia y exportarla al mundo entero.
El caso es que Kokoroko son una de esas bandas causa y a la vez consecuencia del resurgir que están viviendo el jazz, el funk y el afrobeat en los últimos años. Aunque el grupo ya publicara en recopilatorios como el We Out There (dónde también aparecían Ezra Collective), fue su EP debut homónimo el que subrayó su nombre en fosforito.
La joven banda, formada por 8 músicos y liderada por la trompetista Sheila Maurice-Grey, demuestra en sólo 4 cortes un alto conocimiento del vocabulario afrobeat y highlife y de su tradición, de la que ellos mismos beben y que ellos mismos interpretan y transmiten. Saben que un buen disco afrobeat tiene que mirar hacia afuera, expresar y hacer bailar, pero también debe poder bajar las revoluciones en piezas más espaciosas y espirituales. Los londinenses encapsulan esos éxtasis vivos, dinámicos y orgánicos en ‘Adwa’ y ‘Uman’,con percusiones y vientos bailando alrededor de vampeos ágiles y divertidos, estilo Kuti, Julius u Osibisa en los 70. No obstante, no se olvidan de la vertiente más espiritual y contemplativa del género, a la que ceden santuario en ‘Ti-De’ y en la que es su composición más conocida, ‘Abusey Junction’. Compuesto años atrás, este groove de órgano y percusión relajado y optimista cede el foco a la expresiva y tartamudeante guitarra de Oscar Jerome para cerrar un EP debut que desde ya podemos considerar un nuevo clásico del género.
